2016

Yo no tenía pasaporte ese invierno.
Lo que significa que no existía
ni para la agencia de impuestos
ni para la policía
ni para los organismos locales,
igual que cualquier otro cuerpo salvo aquel
cuyo corazón aún vivía.
Ese invierno se lo llevaron al hospital
tras un ataque al corazón.
Ese invierno declinaron mi nombre de mil maneras extrañas:
Tatie, Tatyana, Tanya, Tinah...
Silenciosamente sucumbí a todas,
como quien acepta la estatura y el peso de un extraño
en la primera cita.
Ese invierno fui al gimnasio para no perder el último contacto
con la única que se expresa claramente a través de mi boca...
Y cuando le pregunté a mi entrenador "¿Adónde van mis últimos kilos?",
suplicó que tratara de no hacer preguntas difíciles a un tipo sencillo como él,
y con su mejor sentido del humor bromeó: "¿No te hace feliz desaparecer?"

_Traducido por Jonio González